Cuando fallan los mecanismos que controlan la transparencia de la córnea se produce un edema corneal que produce opacidad y aumento en el espesor de la córnea. Los signos y síntomas varían la intensidad del cuadro. La córnea aparece deslustrada, hay pérdida de la transparencia con posibilidad de formación de vesículas en la superficie de la córnea, y de pliegues en la parte posterior de la misma.
La sintomatología puede ir desde disminución de la agudeza visual, molestias oculares poco precisas, hasta dolor muy intenso, especialmente cuando se rompen las vesículas. Existe fotofobia (molestias con la luz) en mayor o menor intensidad, sensación de cuerpo extraño, enrojecimiento ocular y dolor intermitente.
Frecuentemente se debe una enfermedad hereditaria llamada distrofia de Fuchs, a traumatismos por cuerpos extraños, radiaciones, procesos inflamatorios, lentes de contacto, etc.
Cuando el tratamiento médico no es capaz de restaurar la trasparencia de la córnea, resolviendo el edema, puede ser necesario realizar un trasplante de córnea.